miércoles, 2 de junio de 2010

Madrid III



Es sábado por la noche, un crisol multicolor es el collage en que se convierten las calles, lobos solitarios, bellos rebaños de ovejas, vampiros en cuadrilla, cabrones resabiados, todos montados en el tren de la adrenalina nocturna.

Todo parece ingenua e inocente alegría, pero en algunos rincones se enquista la decadencia y la perversión. Como respondiendo al olor de esto ultimo coches de la policía nacional encienden sus sirenas y atraviesan las arterias a toda velocidad y con toda probabilidad equivocados de dirección.

Unos cuantos cuya inteligencia y prudencia están en equilibrio salen directos de los bares a sus coches y luego a un nuevo bar.

La avalancha de gente no se detiene un segundo, un local de moda se vacía y otro se llena, la artificial alegría de la ebriedad nocturna llena muchos espíritus, se forman vínculos para acabarse a continuación, las reglas se olvidan o se permite romperlas temporalmente, un desorden no desbordante ronda las calles, el calor aumenta.

Risas resuenan escandalosamente al rebotar contra fachadas y suelos, chicas preciosas cuidadosamente maquilladas y bronceadas equivocan sus prioridades, un chaval que las mira deseoso se da cuenta de lo injusto de su existencia y decide irse a casa en ese momento. La totalidad de incidentes en tan corto espacio de tiempo hace detenerse el mundo, los relojes no avanzan en apariencia y solo el clarear del cielo amenaza romper el encantamiento.

El tono cambia de índigo a celeste y la fiesta se acaba para casi todos, el Sol aparece y cariñosamente acaricia las azoteas y cúpulas de muchos edificios, algunos antiguos y de función olvidada, pero de contradictoria belleza que aspira a la eternidad.

1 comentario:

  1. Madrid no tiene ningun interes en compacion a los mares al este de la Isla Dragón, que la guerra entre la Ley y el Caos se ha puesto interesante....

    Be...gote...my friend

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