domingo, 24 de octubre de 2010

El camino hacia Metrópolis - V



Los cementerios son tranquilos, pero no lo suficiente. Ir allí puede requerir darse prisa y acabar huyendo.

Esa puerta no se puede abrir, contiene cosmos. Sin todas las llaves ni se puede ni se debe intentar.

No son columnas, tampoco efectos de los alucinógenos. Son los palacios como eran antes, antes de que olvidáramos incluso eso.

sábado, 23 de octubre de 2010

El camino hacia Metrópolis - IV



Hay estatuas viejas y manchadas de hollín y excrementos de paloma. Plazas imponentes, palacetes urbanos de fuera del tiempo, rascacielos que forman barrios punteros, todo integrado y escondido, para quien no sabe donde buscar.

Una escalerilla de emergencia lleva al paraíso, flanqueada de peligros atractivos. La humanidad brilla por su ausencia y los tanques han tomando las calles.

viernes, 22 de octubre de 2010

Cuestión de envidia



Jean Theroux fue un envidioso toda su vida.

Tenía envidia de los otros niños, tenía envidia de las niñas, tenía envidia de los gatos y hasta del Sol tenía envidia.

Tenía once años y era un chico solitario pero le encantaba ir al taller de su vecino Simon-Rene.

Había un montón de herramientas que podían construir cualquier cosa.

Tenía envidia de las herramientas.

También tenía envidia del hijo de Simon-Rene, Louis.

Louis tenía tres años y todo el mundo pensaba que era un pequeño ángel. Las señoras mayores paraban a su madre para cantar las alabanzas del niño y darle un dulce o incluso una reluciente moneda de un franco, lo cual, pensaba Jean, era bastante estúpido ¿para qué quería un niño de tres años una reluciente moneda de un franco?

Las señoras mayores nunca paraban a la Señora Theroux para decirle lo guapo que era su hijo. Ni siquiera cuando era un bebé.

Un día, estando en taller a solas con Louis se le ocurrió que igual a las señoras mayores no les gustaba tanto Louis si era tuerto, así que cogió un punzón y se lo clavó en el ojo izquierdo.

Tal vez lo hizo con demasiado entusiasmo.

Louis pegó tales berridos que se oyeron por todo Coupvray. Jean no envidió a Louis en ese momento, lo que hizo fue salir corriendo a su casa a esconderse debajo de su cama.

Ahí abajo, a salvo, oyó cierto revuelo en su casa y cómo sus padres le llamaban. Al poco rato sintió unos pasos que se acercaban y la cama fue arrancada de cuajo. Su padre le miró severamente y le dio una bofetada que le saltó un diente. Luego aplicó su cinturón contra el culo de Jean. No pudo sentarse en dos días.

Respecto a Louis, perdió el ojo izquierdo y debido a la infección perdió también el derecho.

Ahora las señoras paraban aún más a la madre de Louis y a él le daban aún más dulces y aún más francos.

Jean tuvo envidia de eso.

Pasaron unos años y la familia de Louis se trasladó a París. Jean, mientras tanto se quedó en Coupvray, empleado en el taller de monsieur Javel como aprendiz.

Jean nunca había estado en París aunque estaba bastante cerca. Tenía mucha envidia de Louis, de todo lo que podría ver y oír en la capital. Mejor dicho, tenía envidia de lo que podría oír.

A pesar de su profunda envidia también desarrolló algo que podría llamarse sentimiento de culpa y en sus ratos libres inventó un sistema de lectura para ciegos. Se trataba de un intrincado sistema de líneas y aspas en relieve sobre un papel de alto gramaje. Cada combinación de líneas se correspondía con una letra del abecedario. Pero no sólo letras, también se podían representar números, la mayoría de los signos de puntuación e incluso algunas letras griegas.

Se pasó años desarrollando la máquina que grababa esos símbolos en papel en sus ratos libres y por fin, el 25 de marzo de 1825, el día que cumplía 24 años, fue a París a enseñar a todos su gran invento, pero en especial a Louis.
Para su gran demostración 'imprimió' toda la relación de letras y símbolos y el libro del Génesis.

París le dejó sin habla, pero se dirigió directamente al Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos, donde sabía que se encontraba Louis. Ya habría momento más que de sobra para visitar la ciudad de la luz, tiempo más que de sobra para entrar en todos los cafés y tiempo más que de sobra para pasear por los bulevares para que la gente le señalara y dijera admirada 'mirad, es Jean Theroux, ése que ha hecho tanto bien a la humanidad'

Con esas ensoñaciones llegó al Instituto en medio de una gran algarabía. Había mucha gente, pero tanto mejor, así más parisinos sabrían de su éxito. Era un edificio grande, con una estatua de su fundador Valentin Haüy (muerto unos años atrás) en la entrada. Se encontraba, por cierto, en el Bulevar de los Inválidos, una calle de lo más apropiada.

Parecía que había una reunión de alguna clase, ya que todo el mundo pasaba al auditorio del centro. Jean se dejó llevar, 'qué de público voy a tener', pensaba. Tomó asiento en una de las últimas filas expectante del momento en el que saltar y hacer su anuncio.

Pasado diez minutos entraron tres figuras que se fueron directas al estrado y a una de ellas la reconoció enseguida, era el joven Louis. Uno de los otros empezó a hablar:

- Gracias a todos por venir. Como ya sabrán les hemos convocado para mostrarles algo que, estoy seguro, va a revolucionar el mundo. Se trata de un invento en principio ideado por monsieur Barbier (aquí a mi derecha) pero revisado y desarrollado por este joven genio de mi izquierda, Louis Braille. -tímidos aplausos - Como decía, el joven genio ha ideado un método de escritura para ciegos basado en puntos en relieve. Son seis puntos que variando su posición corresponden a una letra en particular. Gracias a este sistema los ciegos podrán leer sin necesidad de ser asistidos por nadie -aplausos generalizados- Antes sólo podían leer con letras en relieve, lo que era muy lento y fatigoso para los invidentes, ahora podrán leer con una velocidad similar a la de los videntes. Hemos llamado a este sistema 'Alfabeto Braille' -aplausos entusiastas-.

Jean no se lo podía creer. Estaba blanco como la cera.

- Y ahora -continuó el ponente- vamos a proceder a la demostración práctica. Louis, por favor.

Louis empezó a leer algo que quizás fuera el Génesis o tal vez fuera la imaginación de Jean. Se desató la algarabía, aplausos tremendamente entusiastas, gente vitoreando, mujeres llorando. No, Jean no podía ni quería escuchar la voz de Louis. Se levantó violentamente de su butaca (en una acción mal entendida ya que originó que todos los que aplaudían se levantaran a su vez de sus butacas y aplaudieran con aún más fuerza) y deambuló sin sentido por el edificio vacío para protegerse del estruendoso éxito de su envidiado.

Por azar entró en lo que resultó ser un aula donde había un niño ciego de siete u ocho años jugando con unos cubos de madera. Este niño pronto dejaría de jugar con cubos y empezaría a leer con el sistema Braille.

La envidia mataba a Jean, sentía cómo la bilis le subía por la garganta. Necesitaba algo con lo que aliviarse y el caso es que ese niño le recordaba tanto a Louis de pequeño...

- Oiga, joven.
- Dígame señor.
- ¿Has oído hablar del alfabeto Braille?
- Claro señor. Pronto podré leer por mi mismo. Louis es un genio, tiene que serlo para inventar algo así.

Envidia. Envidia. Venganza. Sacó su navaja.

- ¿Y crees que vas a poder leer tú solito?
- Claro señor.
- No, no lo creo.

Y

uno

a

uno

le

cercenó

todos

los

dedos.



¿Epílogo?

Jean Theroux fue un envidioso toda su vida.

Quiso ser inventor, incluso estuvo a punto de conseguirlo, se le adelantaron por poco.

Desde ese momento su envidia creció exponencialmente.

Por lo menos inventó algo por lo que se le recuerda.

Es el siguiente chiste:

'Un ciego coge un rallador de queso y dice '¿Pero quién coño ha escrito esta gilipollez?''


(La autoria es de Adri, igual que este blog: http://likeaparasite.blogspot.com/ Lugar donde residen otras creaciones de este insigne seguidor de sangre y almas.)

Aportaciones



Y en este primer Oktubre de nuestra vida, tenemos un relato enviado por Adri que ha hecho las delicias de mis peores instintos kultescos. Algo que agradezco profundamente, dada la calidad.

Llamo también la atención sobre el enlace publicado por Deepmirrors en la entrada “Oktubre”. Kurt Cobain contra el pulpo radiaktivo ( http://vimeo.com/68852 ), un corto kultesco y cómico. Lo siniestro puede arrancar esas risillas inquietas que adoramos.

Kult



Kult es un juego de rol editado en España a finales de 1994.

Se ambienta en nuestra propia realidad, principalmente en las grandes ciudades de finales del siglo XX.

Las primeras palabras que leí en un manual de Kult resumen bastante bien su esencia principal: “La realidad es una mentira. El mundo que vemos en torno nuestro no es sino la fachada que oculta una realidad mayor y más escalofriante. Nuestros sentidos no están lo bastante desarrollados como para percibir el mundo verdadero.”

La realidad de la que habla, es la nuestra. Una cárcel que encierra a la humanidad tras muros imperceptibles, al menos por la mayoría, los más cuerdos, otros pueden intuir partes de la realidad verdadera, ellos son los desequilibrados mentalmente, les llamamos locos.

Los personajes de Kult, se enfrentan a los carceleros que intentan que los secretos sigan siendo secretos. Todo en Kult es conspiranoia, falsas verdades y caminos engañosos.

Los puestos importantes del mundo están ocupados por seres viles (eso ya lo sabiamos :) ), en este caso suelen ser los sirvientes del Demiurgo, quien encerró a la humanidad en esta realidad y nos hizo olvidar, cada vez que morimos, olvidamos y volvemos a la rueda, para nunca acabar y que la verdad siga oculta.

Esa verdad es que los humanos somos dioses, pero lo hemos olvidado, el Demiurgo pudo ser uno de nuestros iguales, una criatura de otra realidad, nadie lo sabe, pero hace tiempo que desapareció y su cárcel, la “maquina” que nos mantiene encerrados y ciegos, comienza a desmoronarse, lo llaman “el ultimo ciclo”.

Otras partes de la realidad en Kult son los infiernos, donde algunas almas han de ir para sufrir castigos en purgatorios que borren sus recuerdos, lo irónico es que van allí porque sienten que deben hacerlo y su culpa atrae a criaturas que las llevan.

También esta el laberinto, que separaba antiguamente las diferentes partes de la realidad, pero con el desmoronamiento de la maquina es solo una parte fracturada e incomprensible más.

Y Metrópolis, la ciudad original, de donde proviene la humanidad y donde se encuentran los palacios de los principales sirvientes del Demiurgo, los jefes de los carceleros. Metrópolis es una ciudad de caos y locura, es una amalgama de nuestras principales ciudades y se fusiona con ellas.

Allí donde las tensiones emocionales se acumulan, donde la humanidad sufre, como los barrios bajos por ejemplo, nuestra realidad se fractura y se funde con Metrópolis, mezclándose así con la realidad verdadera, exenta de las falsas reglas del Demiurgo como son tiempo, espacio, vida, muerte, recuerdos, sentidos, sociedad…

Es sin duda mi ambientación preferida en juegos de rol desde hace un tiempo y un cristal ahumado muy interesante a través del que mirar películas y series o la vida misma.

Para más información sobre la comunidad kultesca en activo:

The Last Cycle - El mayor punto de reunión en internet sobre TODO lo que tenga algo que ver con kult.

http://www.kult-rpg.com/forum/

Espiral Onirica - Pagina en español sobre kult y principal foro en activo de habla hispana.

http://www.espiralonirica.com/

domingo, 17 de octubre de 2010

El camino hacia Metrópolis - III



Algunos lugares tienen la ruina como patrón y el escombro como materia prima. Un polvo arenoso lo cubre todo resultando poético.

Si algo se mueve y no eres tu, escóndete.

En otros sitios la privacidad es molesta, aquí vital. La paranoia conlleva percibir la realidad a un nivel superior.

viernes, 15 de octubre de 2010

Perfección transparente



Te lo digo en serio, ya casi ni me acuerdo. Pero te contare mi historia, no tengo nada mejor que hacer.

Hace unos años empecé a experimentar con el ácido, abría mi mente a nuevas dimensiones, llenas de belleza. Pasaba los días entre vapores plásticos y mis noches eran un festival de colores con sabor y sonidos calientes o fríos.

Una de esas noches vi a una chica, su rostro perfecto sobresalía entre los demás y su imagen se me grabo a fuego en la memoria. Al día siguiente ya estaba obsesionado.

Fui a buscarla y no me fue difícil convencerla de que me interesaba su interior, siempre se me dio bien mentir. La llevé a mi casa, donde me confesó que buscaba un amor perdurable, sabía que la belleza no le duraría siempre. En mi estado alucinado me espantó la idea, así que apreté su cuello hasta asfixiarla y arrastrado por la obsesión la llevé a mi trabajo.

Estar tumbada desnuda y la luz de los fluorescentes le daba un aura artificial que me maravilló. Sin dudarlo la bañe en metacrilato, decidido a preservarla eternamente bella y perfecta.

La trasladé al sótano y bajaba a verla cada día, observando sus preciosos rasgos, mi Mona Lisa particular.

Pero la obsesión no desapareció.

Mis viajes a lomos del caballo lisérgico solo acrecentaron mi fijación por la belleza inmutable y algunas voces en mi cabeza me animaban a ampliar el museo.

Poco tiempo después ya era algo metódico: observar, cazar, preservar. La colección alcanzó las nueve integrantes. Podía pasarme horas mirándolas, respirando el aire alrededor de sus perfectos envoltorios eternos.

Los periódicos ya hablaban de un “enfermo”, un “animal sanguinario”, pero yo no buscaba sangre ni muerte, solo contradecir la realidad.



Recorrí la ciudad retorciéndome de insatisfacción, sin saber el qué saciaría mi hambre. Entonces la encontré, un rostro delicado y joven, que despertó las sensaciones de la primera vez.

Estaba allí macerando mi ácido estado, visionando el alivio definitivo, una chica de diez, genial ironía para completar mi decena, cuando advertí que un hombre me escrutaba. Comenzó a acercarse de manera inquietante, muy sereno.

Su expresión no decía nada, pero su forma de caminar, certera, sin pausa, testimoniaba su seguridad. Era un depredador, igual que yo.

- Hola – sus palabras sonaban claras a través de la música estridente y las luces de colores.
- Hola.
- Debes parar.
- No entiendo…
- Si, lo entiendes. No puedes intentar romper la ilusión del tiempo o tendrá... consecuencias – sus ojos oscuros se agitaron.
- ¿Qué consecuencias?
- Llamaras la atención, ya lo estas haciendo. Ni yo ni otros queremos que esta parte de la ciudad vuelva a ser tan interesante.
- Si no apoyáis mi búsqueda de la belleza es que no compartimos objetivos – no se qué sinceridad me impulsó a decir esto.
- Ya lo comprenderás cuando sea demasiado tarde - sentenció sombrío.

Se volvió, desapareciendo entre la multitud con la misma decisión que la atravesó la primera vez, se deslizó de vuelta a las sombras como si estuviera hecho de ellas.

Desoí su consejo y aceché a aquel ángel terrenal dos días completos, sin acudir siquiera al trabajo, arrastrado por una idea fija, espoleado por imágenes que solo una lamina de cristal podía conservar.



Mis manos se agarrotaban por la emoción mientras apretaba el paño empapado en cloroformo contra sus preciosos labios. El plástico de la vida eterna se derramó sobre su delicada silueta y la noche alargó para siempre su duración.

Ahora el sótano tenía una disposición similar a un templo, con mí última joya gobernando el centro como altar. Las amaba, era el único amor verdadero que podía sentirse, adoración.

Los golpes que imaginaba en mi cabeza resultaron estar más cerca. No dentro de mi cabeza, sino sobre ella, registraban la casa, buscándome.

Escapé, pero no sabía a donde. La ciudad parecía eterna y desconocida, salida de un sueño, amalgamada con otras, familiar y nunca vista a la vez.

Corrí por un borrón de callejones hasta llegar a mi trabajo. Siendo de noche estaba cerrado y me pareció un buen escondite. Contradiciendo mis pensamientos, esperándome allí, estaba un ser repugnante.

Debió ser un hombre, pero hacia mucho que no lo era. La piel había sido arrancada, dejando los músculos y los dientes amarillentos al aire, todo cubierto de costras secas. Su “ropa” eran tiras de cuero cosidas a su cuerpo desollado. Al mirarme directamente reconocí sus ojos.

- Te dije que pararas.

Me bendijo con algo que sabia que apreciaría, me emparedó para la eternidad bajo mi lugar de trabajo, pero me castigó sin sentidos, solo intermitencias breves de aquel lugar que ya conocía de sobra y era sucio y monótono. La lejanía de la belleza, de cualquiera, me atormentaría para siempre.

Ahora me conformo con contarle mi historia a otras almas atrapadas en este infierno de la realidad, a otros que ya perciben demasiado.

¿Oye? ¿Sigues ahí?

jueves, 14 de octubre de 2010

El camino hacia Metrópolis - II



La precipitación es tan gris como la superficie sobre la que cae. Desparrama su carga con la monotonía con que las estructuras debajo atrapan a quienes cobijan.

La saturación y la toxicidad del ambiente se disipan a veces en las corrientes calientes de la tarde. El aire resultante, aunque contaminado, está tan limpio en comparación que es imposible asociarlo al entorno que se ve mientras se respira.

La lluvia gris lo barre todo a un lugar secreto, las entrañas de la Tierra. Allí solo hay negrura, para los curiosos más negrura mezclada con horror y locura cuanto más se descienda.

Rol



Más de una vez me han preguntado: ¿De que va eso del rol?

La definición abarca varias cosas, desde juegos de mesa con componente interpretativo/estratégico, hasta ejercicios de interpretación para reforzar aspectos empáticos de los participantes.

Yo hablo de los juegos de mesa. Porque a pesar de cierta maledicencia periodística a mediados de los noventa, solo es eso, un juego.

En el caso de estos juegos (por lo general) el tablero se ajusta a lo que los jugadores lo desarrollen. Como en otros juegos hay fichas para los jugadores, solo que estas son algo mas detalladas que simplemente estar diferenciadas por un color.

Los personajes que los jugadores interpretan son las fichas y son personalidades completas con una vida dentro del universo que habitan, la ambientación del juego. El estimulo radica en que la partida dure para un jugador lo que su personaje viva. Y por lo tanto evolucione y gane experiencia.

Hay un jugador que es el encargado de “ser” ese universo, él interpreta a todos los personajes que lo jugadores se encuentran en una partida (los personajes no jugadores o pnjs) y encarna todo lo que los personajes ven.

Es el Director de Juego (también árbitro, narrador, Dungeon Master o simplemente Master o DJ). Él (o ella) es el encargado de describir a los jugadores todo lo que perciben sus personajes, interpreta el papel de todo bicho viviente que los rodee y es en general todo lo bueno y malo que acontece en la partida, es el tablero sobre el que se juega.

Como reza una popular frase del mundillo: “Un buen director de juego sabe todas las reglas y también cuando debe olvidarlas.”

Los juegos de rol se componen de dos facetas, ambientación y sistema.

La ambientación es el mundo en que se juega, la Tierra Media de Tolkien, el mundo de espías de 007, la España renacentista, todos son válidos. Hay muchas ambientaciones y siempre es una cuestión de gustos escoger una, normalmente es algo que depende del libro que se compre el futuro director de juego.

El sistema son los números que convierten esto en un juego con el azar como dificultad. En una partida puedes querer que tu personaje escale una pared, pero no es tan fácil como querer hacerlo, igual que en la vida real, que lo consigas o no lo determina lo fuerte y ágil que seas y tu experiencia.

El sistema determina el nivel de éxito (o fracaso) en lo que los personajes jugadores y no jugadores intentan hacer, dando al director de juego la herramienta para ser justo y a la vez participar.

El primer juego de rol en aparecer fue Dungeons & Dragons (1974) y fue creado por Gary Gygax, fallecido hace dos años. Al parecer arbitró partidas hasta la semana anterior a morir.

Toda una forma de ocio alternativo que agradecerle al genial señor Gygax (y también a Dave Arneson :) ).

El camino hacia Metrópolis - I



Era el último cartucho. Las sombras alargadas de los edificios del centro de la ciudad se proyectaban alrededor.

Cambiaba continuamente para ser de nuevo una calle que ya se conoce. Las bisagras chirriaban, los cerrojos saltaban, el arma estaba cargada.

Vestigios de un futuro que no había llegado, ruinas de la modernidad, capillas y parroquias urbanas, todo escondía su verdadera forma y la de quienes acechaban adentro.

Cartucho humeante, tripas desparramadas, formas desmoronadas. El camino hacia el interior se había aclarado.

lunes, 4 de octubre de 2010

Oktubre



Digo bien, Oktubre con k de kultesco.

Este purgatorio hecho de sangre y almas va a vivir un mes de octubre diferente, por ser el primero en la vida de este lugar de fecundidad irregular y también por lo poco especial que es normalmente este periodo.

En Alemania, en la región amiga de Baviera sobre todo, le tienen cariño a octubre. Pero aquí en España los periodos importantes los marcan los días de fiesta que las empresas y nuestro gobierno acuerdan darnos y los clásicos cambios meteorológicos propios de cada estación.

Octubre era un mes triste, sin ser la vuelta a casa de septiembre y demasiado pronto para pensar en la navidad. Pero va a renacer como oktubre, mes kultesco.

Kultesco es un adjetivo que podría significar: belleza inquietante y oscura. Y este oktubre ira dedicado a lo que encaje en esa definición.

Yo por mi parte tendré textos sueltos como siempre (pero este mes mas a menudo, lo prometo) y además cualquier aportación sera bienvenida (aunque la esperanza es escasa), textos, opiniones, imágenes o lo que sea, solo este mes, oferta por tiempo limitado. Solo pido que si se aporta material, sea kultesco.