miércoles, 24 de octubre de 2012

La noche



Me hacen gracia los habitantes del día. Caminan cegados por la luz que les rodea. La brillante cubierta les impide ver la Verdad tras la verdad, ignorantes de la Realidad tras la realidad.

Yo vivo en la noche, en las sombras, en todo lo que es oscuro. He aprendido a hacer mis aliados los miedos primarios, nadie ve lo que no quiere ver. La obtusa humanidad mira a la negrura en que vivo, no consiguen apreciar nada, ningún detalle, así que piensan: “oscuridad, nada más.” Pero siempre hay más, aunque se nieguen a reconocer que pueda ser así, es por miedo a la Verdad que no lo hacen.

He vivido toda mi vida en los espacios habitables entre la luz y he aprendido como pasar de unos a otros sin quemarme. No es un camino fácil, pero hay una razón para buscar la iluminación por el camino opuesto. En conclusión todo lo opuesto es en último término la misma cosa.

Debo despedirme, se acerca el día, desaparezco hasta que regrese mi amada noche, mi cobijo.  Un consejo, habitante de la luz: Desconfía de quienes impiden que la luz te llene o la sombra te ahogue.

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