jueves, 14 de marzo de 2013

Uno de esos días




Hoy es uno de esos días. Me sabe la boca a sangre. Donde mire todo el mundo parece tener prisa. Se impacientan y se saltan los semáforos, un egoísmo familiar nos hace atropellarnos los unos a los otros. Creo que en otras circunstancias seriamos educados y habría gestos de disculpa, una mínima cordialidad y comprensión, pero hoy no, porque es uno de esos días.

Camino y no pienso en nada en particular. Mis sentidos se han cerrado, me justifico esa reacción automatica como autodefensa, pero eso no cambia que haya escogido consciente o subconscientemente, estar ciego y sordo.

Todas esas personas en la calle parecen representar otra cosa, una humanidad que corre sin sentido ni destino claros. Sigo caminando y presto poca atención a todos ellos, me acabo de dar cuenta de que mi corazón esta tallado en hielo, uno azul profundo como el que se ve en las zonas polares.

En días así todo me parece un sinsentido y lo que la vida me da para rumiar en mi periplo hace que la boca me sepa a sangre.

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